
Pequeña mentira blanca
Por más perturbador que le resultase, sentía también algo violentamente urgente y necesario en aquel acto de imaginación de su esposa.
Por más perturbador que le resultase, sentía también algo violentamente urgente y necesario en aquel acto de imaginación de su esposa.
El espíritu humano no tiene fecha de caducidad, y el cuerpo, al menos eso intuyo, deriva su energía y su vitalidad de ese espíritu y esos sueños que no dejamos morir.